El interés por la figura de Bartolomé Cairasco de Figueroa (Las Palmas de Gran Canaria, 1538-1610) recobra inusitadas fuerzas en el siglo XIX, cuando uno de nuestros más grandes eruditos, Agustín Millares Torres, amante de las antigüedades isleñas, dedica numerosas páginas a la figura del padre de las letras canarias, ya sea mediante el acercamiento a su biografía, el rescate bibliográfico o la conservación y divulgación de legajos y documentos varios relativos al escritor y canónigo canario. Fue el momento en que, después de dos siglos y medio, volvimos a ver ediciones de Cairasco, concretamente de parte de su Templo Militante.
Un esfuerzo el de Millares Torres que encontrará continuidad en el siglo siguiente, gracias esta vez a otro amante de lo canario, aunque no nacido en estas islas, sino hijo de adopción: Alejandro Cioranescu. A él debemos una extensa bibliografía dedicada a la figura del canónigo. Ahora, cuatrocientos años después de su muerte, Julio Sánchez Rodríguez edita la obra completa edición Fascimil de Templo Militante.